jueves, 28 de febrero de 2008

Entrega 2- Lo desconocido...


- Vladinov- fue hacia él con la intención de besarle, tanto tiempo había pasado, por fín había llegado su protector, el que tenía que ser su amor porque eran iguales.

Vladinov la aprató y cayó a la cama con tanta fuerza que su cabeza se dio contra la cabecera haciendo una herida que en seguida cicatrizó.

- No te acerces a mi, hueles a humano, de hecho toda la habitación supura el olor de esos seres inferiores- la miró, ella estaba aterrorizada- ¿crees que no he visto como te acostabas con ese humano? ¿Por qué ánsias sentirte viva cuando tienes la vida que todos querrían tener? te escogí entre todas las mujeres de esta ciudad, ví que eras especial y que me podrías ayudar cuando llegara la hora, ha llegado y sólo te veo retozando con ese humano, haciendote pasar por lo que no eres, siendo una deshonra para nuestra especie.
Intentando vocalizar, Victoria balbuceó lo único que se le había ocurrido.
- Exaba de menos estar co alguien, sólo es eso, esta soledad que llevo arrastrando los doscientos años de tu ausencia, no sabía como vivirlo.
- Eso son sentimientos humanos, debes deshacerte de todo eso si quieres seguirme.
- Vladinov, este ha sido mi último error, te seguiré hasta el fin del mundo si es necesario.
- Eso es lo que esperaba, pero no tienes toda mi confianza,para tenerla, debes matar al humano.
- No se donde encontrarlo, pero si le vuelvo a ver, le mataré sin piedad.
Vladinov se giró hacia el ventanal del torreón, pronto amanecería, así que ya era hora de decirle a Victoria porque había aparecido.
- ¿Sabes de donde provienes, Victoria?- la miró sentada, sus largas piernas blancas sobresalían del camisón rojo, que ese humano las hubiera tocado y saboreado lo ponía fuera de sí, ¿como se había atrevido?
- Egipto, donde me encontraste, pero no recuerdo nada antes de la conversión.
- No recuerdas nada porque así lo designé yo- se acercó a ella- Victoria, no me andaré con rodeos, tienes sangre real, por eso te escogí.
Ella abrió los ojos y sólo pudo decir un como que casí no resonó en el ambiente.
- Eres la última de tu familia, una familia empezada por Cleopatra y Marco Antonio, cuando desafiando el orden establecido se atrevieron a enamorarse, tú eres su descendiente antes de que se hicieran vampiros, son nuestros patriarcas asesinados por la familia Peters, que son nuestro principal enemigo, esta familia proviene del hermano de Cleopatra,con el que se casó antes que Marco Antonio y juró que destruiria a su hermana por perder Egipto a manos de los romanos, aún no conozco a su último descendiente, pero he matado a los dos anteriores, así que no me preocupa en absoluto. Ara lo único que nos debe preocupar, es la Luz de Ra.

- ¿Qué es la Luz de Ra?¿Qué tiene todo esto que ver conmigo?- preguntó Victoria chillando,anonadada de lo que su señor le había revelado-.
- La luz de Ra es lo que nos permitirá conquistar el mundo,trasladará la luz a nuestras vidas podremos vivir a cualquier hora, Victoria. Mira esto- fue hacia la esquina de la habitación y metió la mano en la escultura egipcia de un león que ella conservaba como recuerdo de su origen, de pronto, la pared cedió de lado y aparecieron unas escaleras, Victoria no podia creer nada- Sigueme.

A medida que descendían por las escaleras, los candelabros se iban encendiendo y de pronto se vió en una biblioteca con libros por todas partes y algunos pergaminos colgados en vertical.
- Esta era mi casa antes de ser tuya, he estado doscientos años en Egipto y por fín he encontrado la última pieza del pergamino que demuestra que tu principal antecesor Alejandro Helios, hijo de Cleopatra y Marco Antonio, vendió su alma a los Savios para conseguir la inmortalidad y así nacimos nosotros, unos seres no muertos pero tampoco vivos- fue hacia el pergamino raido por diversas partes pero ya pegadas y encajó la parte que faltaba- He tenido que matar a los otros sabios para conseguirlo, pero por fín es nuestro y el sueño de andar entre la luz, por fín se hará realidad- miró a Victoria que observaba el pergamino, sabía que ella era la única que podía hacerlo, estaba en un lenguaje derivado del egipto antiguo pero que sólo conocía la dinastia real Ptolemaica a la que ella pertenecía- leelo en voz alta.

Las palabras nacieron de su boca sin pensarlas, todo ese tiempo en que solo en el sueño hablaba ese lenguaje, siempre el mismo, ella jugando cerca de un rio con juncos y el palacio donde sabía que vivía destrozado por las llamas y se despartaba con las lagrimas de sangre.
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El silencio se apoderó dela estancia despues de las palabras de Victoria.
- No he entendido nada, hablabas como una serpiente.Dime que pone en el pergamino.
- Dice que busquemos la Luz en la isla que cedió Marco Antonio.
- Chipre- dijo Vladinov- De aquí dos días saldremos en camino, necesitamos pojectar el viaje y yo descansar, llevo doscientos años sin dormir tranquilo con miedo a que abrieran mi ataud y me clavaran una estaca por todo lo que sé.
- Te cedo en mi ataud, muchos días he dormido fuera de él en la cama, hize instalar unos cristales que no dejan pasar ni un rayo de sol a parte de las pesadas cortinas de tercipopelo negro.
- Victoria, eso es muy peligroso y si entra alguien, eres el último vestigio que queda para salvar nuestra especie.
- Vladinov, estaré bien, tengo mucho en que pensar y la verdad es que no sé si podré descansar despues de todas estas revelaciones, así que mañana será otra noche.

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Sonó el teléfono y Christopher medio afeitado corrió para descolgarlo, no paraba de pensar en ella, en su cabello enrredado en sus dedos, en sus gemidos mientras habían hecho el amor, era una obsesión para él, decidió que era hora de quitarsela de la cabeza y descolgó.
- ¿Christopher Peters?- dijo una voz masculina al otro lado-.
- El mismo.
- Soy el inspector, hemos encontrado otro cuerpo y este presenta señales de violencia con los orificios de siempre, el forense ya ha dictaminado que se ha desangrando como las demás victimas.
- ¿En que zona ?
- A cuatrocientos metros de la anterior victima.
- Ahora voy inspector.
Colgó el telefono y supo que ese asesinato no tenía nada de especial, la mujer vampira se habría alimentado del primero que se le hubiera cruzado en el camino ¿Quien sería esa misteriosa dama? seguro que ella sabía quien era él y se reía desde algun edificio, observandole.
Victoria, un nombre que no se le borraba por mucho que lo intentaba, ese camison con el que le echó de la habitación, debía conseguir otra noche con ella, iría otra vez al café en su busca.....

.....Continuará......

martes, 26 de febrero de 2008

Entrega 1- El comienzo de una nueva era


Victoria vagaba por la plaza San Marcos, nadie advertía su presencia a pesar de que todo el mundo estaba allí. Antes de que tuviera tiempo ni siquiera para ajustarse bien el antifaz, un caballero vestido de Enrrique VIII avanzó hacia ella y le tendio la mano, indicandole que bailara con él. Un vals...mucho tiempo había transcurrido sin poder bailar ni vivir como una humana, si alguien la descubria sería su fin, el mundo no estaba preparado para ella, se alegró de llevar el antifaz.


Sintió los labios húmedos sobre los de ella mientras giraban sin parar y el instinto se apoderó de su cuerpo, le devolvió el beso, pero su fuerza hizo que no pudiera resistirse a tentar ese líquido rojo caliente, la savia de vida, de pronto vio que alguien chillaba y levantó la vista mientras con sus brazos aguantaba el cuerpo inerte del galán, se miró el vestido, estaba todo salpicado de sangre. Depositó el cuerpo en el suelo y huyó tan rápido que nadie se percató que ya no estaba allí, volvió a su torreón cerca el mar, mientras se desvestía, la luz del exterior iluminaba su cuerpo marfileño y su larga cabellera morena; el agua caliente la esperaba y mientras se hundía en la bañera veía como ese liquido transparente tan contrario a ella, se teñía del color rojizo de la muerte.
Sería verdad como la tachaba todo el mundo, de la mismisima muerte, hija de Satán, cometedora de todos los pecados, lloró desde hacia mucho, sus lágrimas, rubies encarnados, resbalaban sin fin por su rostro...
- Amanecer en la plaza de San Marcos.....
- ¿Cuál cree que ha sido la causa de la muerte?- preguntó el inspector Biachelli mientras el forense examinaba el cuerpo.
- Parece ser que se ha desangrado, por estos pequeños orificios hechos en sus labios- con los guantes, cogió el labio- a parte que se ven claras muestras de que absorvían la sangre por ellos, ya que le han quitado como mínimo un litro y no está en el escenario del crimen, aparte de la decoloración de la piel y alrededor de los orificios. Aunque en la oficina lo examinaré mejor y le daré los resultados definitivos.
- No me lo puedo creer, otro más- recordó el cadaver que habían encontrado en el canal- parece un asesino que quiere hacernos creer que es un vampiro, lo que no veo la conexión entre esta victima y la anterior, ni siquiera se conocían.
- Se equivoca inspector- el forense y el inspector se giraron en redondo.
Un hombre alto y con cuerpo atletico, la cara era mortalmente pálida, el cabello negro cogido elegantemente en una cola baja que hacia resbalar el suave negro sobre su cazadora de aviador marrón.
- ¿Quien es usted? - preguntó Biachelli-.
- Soy Christopher Peters, hace tiempo que vengo estudiando este tipo de asesinatos y se equivocaba, si se fija las dos victimas parecían totalmente relajadas en el momento de su muerte lo cual quiere decir que conocían a su asesino o al menos no le tenían miedo.
- ¿Quien le ha enviado señor Peters?
- Me envia la familia de la victima ¿acaso no sabe quien es?- al ver la cara del inspector, continuó- es el hijo del alcalde Helizondo, por eso me ha contratado, estos asesinatos se suceden en todo el mundo si debo ser sincero pero aquí es la primera vez que hay testigos y ha estado cometido en medio de tanta muchedumbre.
- Si viene de parte del alcalde deberé aceptarle en la investigación pero todo lo que sepa, lo debemos saber nosotros.
- De acuerdo.
Por la noche de aquél mismo día, Christopher tomaba relajadamente un café mirando la gran plaza, veía el lugar acordonado y pensaba en el asesino, hacia muchos años que le perseguía, se hacía llamar el rey de las sombras, está vez no se le escaparía, ya habían habido demasiados muertos inocentes, lo raro era que se hubiera decidido a crearse un complice, según todos los testigos había sido una mujer. El rey se habría cansado de su inmortalidad y soledad, creandose una compañera. Los vampiros existían, él lo sabía des de que su abuelo le dijo su verdadera profesión y le enseñó el libro donde guardaba toda la familia vampira muerta en sus manos, pero nunca habían logrado llegar al más antiguo de todos, Vladinov, el rey de la comunidad, de hecho él era el que había matado a su padre y abuelo, ara le tocaba acabar con ese tenebroso ser que caminaba por sus anchas por el mundo matando para alimentarse.
De pronto, sintió un líquido frio en las piernas y al levantar la vista, la vió. Era una mujer alta con unos profundos ojos violetas que le miraba descaradamente mientras sus labios rojos por el carmín le hacían ansiar besarla, llevaba una gabardina de diseño junto un vestido negro que enfatizaba su silueta y la hacía misteriosa.
- Perdón se me ha caído- ella se agachó a la altura de sus pantalones y le pasó la servilleta provocativamente- cuanto lo siento, el café es gratuïto, no se preocupe.
- ¿Es usted camarera de aquí?.
- Sí, los viernes y sábados por la noche- le tendió la mano- me llamo Victoria ¿y ústed?
- Christopher.
- Oiga en serio, me sabe muy mal haberle derramado el agua pero es que me he tropezado con el tacón.
Crhistopher no la oía, ni siquiera sabía que le estaba diciendo, solo podía pensar en tenerla, necesitaba una noche con ella, sólo eso.
- Si quiere, acabo dentro de nada de trabajar, vivo en el torreón que hay encima de la cafetería, si le interesa le puedo dejar unos pantalones secos.
Eso era una invitación a algo más en toda regla, no se lo pensó dos veces.
- Gracias porque con el frio que hace me hubiera resfriado antes de llegar al hotel- ella le sonrió y pasó por su lado alejandose hacía la cocina-.
Victoria pensó que se estaba volviendo loca, invitar a un mortal a su casa el mismo día de conocerlo, observó a Cristopher des de la pequeña ventana de la barra, era muy atractivo, no le mataría solo que la besara, hacia tanto que no tenía sexo que por una vez desde que era vampira deseaba sentirse mortal.
Al cabo de una hora, ya había cerrado la cafetería y vió que él la esperaba fuera, subieron por las angostas escaleras y sin decir nada, él la besó mientras se desnudaban y llegaban a la cama.
Fue todo un descubrimiento para Victoría y cuando la langidez les sobrevino, vió como dormia entre las sabanas, supo que no podría matarle, era tan perfecto como hombre, ese cabello cayendole sobre esas anchas espaldas, pero el hambre estaba apareciendo y para no tentar a sus sentidos, se puso la ropa y salió del torreón en busca de su victima, vió a un hombre borracho y no se lo pensó dos veces, bebió y se sació.
Cuando volvió al torreón, él aún dormía y pronto iba a amanecer, con ello su pena de ser immortal y no ver la luz del sol. Se sentó a su lado y le beso descuidadamente por sus espaldas, él despertó y se giró hacia ella.
- Debes irte Christopher, mi novio puede volver en cualquier momento.
Eso le despertó de golpe
- ¿Tienes novio? - la miró enojado, él había pensado que ella era libre y que podría ser suya todo el tiempo que estuviera en Venecia.
- Sí- mintió- ¿Qué te esperabas con esto? ¿un amor para siempre?, sólo ha sido sexo, lo necesitabamos y ahora debes irte.
Él recogió sus cosas y sin mirarla ni siquiera dió un portazo y se fue. Victoria no lo entendió, no se conocían y había sido maravilloso pero ya está solo era eso una noche...
- Victoria- esa voz que susurraba su nombre en sueños...se giró y allí estaba su creador, guardían...
- Vladinov..
---Continuará----

lunes, 25 de febrero de 2008

Apertura de mi blog




Bienvenidos a mi nuevo espacio donde poco a poco iré publicando partes que escribo o diferentes artículos, quizás, hasta me animo y cada semana hago una saga de lo que será una historia que me iré inventando porque yo no soy de esas que tiene calculado todo eso del argumento, la trama...etc. Bueno sólo queda decir que espero que os divertais con este blog y que os guste, muchas gracias a todos aquellos que me habeis animado a escribir y también en especial a mi hermana @llie y a mis hermanas Rakel y Carlota, igualmente a todas mis niñas de Sarda sin vuestras fuerzas, cariño y sinceridad, no creo que hubiera podido sobrevivir este último mes. Bueno, hasta que me de la vena de empezar a escribir...

Saludos
La autora